Y así
continúo la peligrosa aventura de Akari y Ryoma. Buscando refugio en lugares
cada vez más inhóspitos… Huyeron hacia el norte. Cruzando cordillera tras
cordillera pasando por pantanos ponzoñosos, escalaron riscos helados, hasta que
finalmente llegaron aun mundo blanco. Un páramo helado azotado por incesantes
ventiscas:
- Que frío
hace aquí… - murmuro el muchacho intentando no temblar sin embargo se le escapo
un estornudo –
- ¡Ryoma!…
Creo que te has resfriado – Akari se acerco a su compañero pero este continuo
en marcha – Ryoma, espera…- al ver que no le hacia caso le lanzo su bufanda en
la cabeza –
- ¿Qué
haces? – le pregunto el volteando a hacia ella y apenas lo hizo Akari tomo
devuelta su bufanda y se la puso en el cuello a Ryoma - ¿…Esto?
- Es una bufanda,
es para que te abrigues, yo estoy bien así que tu la necesitas mas que yo – la
chica le sonrío así que Ryoma se guardo cualquier comentario que pudo haber
dicho en ese momento y continuo caminando seguido de ella – Un lugar solitario
¿verdad? – comento Akari al no ver a nadie ni nada cerca –
- Hace un
tiempo que no hemos visto a otras personas… - agrego Ryoma –
- Quizá por
fin nos han dejado en paz – Akari suspiro después de decir eso pues ni ella se
lo creía, sin embargo cuando miro más al frente se detuvo de golpe –
- ¿Qué
pasa? – le pregunto Ryoma al ver su reacción, y apenas vio también al frente
también se sorprendió, había un desconocido mirándolos, era un chico mas alto
que ellos de ojos azules y pelo café, vestía de blanco y lleva un cuerno de un
lado de la cabeza - ¡¿Quién eres?! – sin embargo el desconocido dio un salto y
se perdió en el blanco de la nieve -
- ¿Quién
era?... no recuerdo haberlo visto antes… bueno tu lo viste también así que no
pudo haber sido mi imaginación – se cuestiono Akari – Me pregunto que hacia en
un lugar tan desolado…
- Bueno,
aquí parados no vamos a solucionar nada – le dijo Ryoma comenzando a caminar –
- Claro… -
Akari comenzó a seguirlo, pero aun quería saber quien era el extraño –
Caminaron
varios kilómetros entre la nieve que había en las montañas hasta que al fin
consiguieron bajarlas del todo llegando a la entrada de un bosque, la nieve
caía despacio dando una hermosa vista a ambos aventureros:
-
¡Ryoma!
¡Mira! – le dijo entusiasmada Akari llegando a zarandearlo – ¿Lo ves?
-
¿Qué
cosa? – dijo el chico intentando de que lo dejara de zarandear –
-
¡Los
árboles están helados! ¡La nieve es como polvo helado!
-
Si,
es hermoso… pero debe ser muy difícil vivir aquí… - le dijo el muchacho –
-
Lo
se… - respondió menos animada que hace un rato la chica - … Ryo…ma… - el tono
de voz con el que lo dijo fue tan bajo que Ryoma no lo escucho, sin embargo
después se arrepintió de eso importante que le quería decir y solo siguió su
camino –
-
Tendremos
que atravesar este bosque ya que no podemos retroceder – Ryoma puso sus manos
en la bufanda –Va a hacer un frió horrible así que mejor será que tu la lleves…
-
No,
estoy bien así – y por alguna razón Akari comenzó a ir por al frente de Ryoma –
Se
internaron en aquel blanco bosque, a pesar de que Akari iba al frente Ryoma, el
no se aparto igual como lo había hecho en el monte ígneo, sin embargo ahora la
diferencia era que Akari utilizaba su espada sin funda e intentaba acabar los
combates antes de que Ryoma interviniera dejando a los animales inconcientes.
La entrada
de ambos al bosque causo el despertar de un poderoso ser que vivía en las
profundidades del bosque:
-
…
Hay un intruso en el bosque – murmura el ser – Que haya menos vientos helados…
¿Será culpa del intruso? Debe ser detenido. Para proteger el bosque…
Ni Akari ni
Ryoma eran concientes de lo que habían provocado siguiendo su camino através
del bosque sin mayores inconvenientes, y
pese a la gran cantidad de nieve que había en el bosque encontraron
muchas bayas azules así como semillas bomba. A pesar de que todo se veía tan
fácil el problema fue cuando se vieron rodeados por una jauría de lobos y al no
poder derrotar a ninguno de estos Akari se vio forzada a buscar una salida de
entre los árboles para poder huir de los lobos teniendo que dejar a Ryoma solo
por un instante, cuando salieron de eso aprieto Akari no pudo mirar a Ryoma
durante un buen rato, sin embargo todo volvió a la normalidad cuando Ryoma le
dijo que después de todo habían salido de ese aprieto, y que si aun estaban
juntos era por alguna razón. Después de llegar lo mas lejos posible descansaron
arriba a los pies de un árbol, donde pudieron comer algo de las bayas que
recogieron camino allí, después de eso continuaron su paso por el bosque.
Pasaron através de una Gruta Helada, haciendo un gran esfuerzo por conseguir
ver. Mas adelante volvió a ocurrir lo mismo, se vieron atrapados con una jauría
de lobos, Ryoma le dijo a Akari que buscara una salida pero ella se rehúso y
combatió a los lobos junto a el, así consiguiendo acabar entre los dos con la
jauría, así pudiendo lograr salir los dos sin mayores problemas de la gruta.
-
Ya
debemos haber terminado de atravesar casi todo el bosque – dijo Akari al ver
que ya no se veían tantos árboles – Debe faltar poco para salir de el…
-
Aun
falta – dijo Ryoma con su típica sonrisa de niño engreído, iban a continuar sin
embargo el viento comenzó a soplar mas fuerte y se oyó la voz de alguien –
-
¿Has
dicho algo, Ryoma? – dijo la chica volteando a ver a su compañero –
-
No,
no he dicho nada – respondió el –
-
Creí
oír una voz… - finalmente se tomo la cabeza – Estoy comenzando a alucinar…
-
Márchense…
No pueden pasar – de repente dijo una voz –
-
¡¿Quién
anda allí?! – grito Akari al no ver a nadie –
-
No
les permito pasar – dijo la voz aun sin mostrarse – Si no se detienen, pagaran
las consecuencias… ¡Enfrentaran mi cólera!
-
¡¿…Que?!
– Ryoma no alcanzo a decir nada mas, de repente una luz cegadora apareció –
-
No…no
puedo ver nada – dijo la chica haciendo un esfuerzo por abrir los ojos, de
repente la luz se apago y apareció un joven de cabellos azules –
-
Soy
Yukimura Seiichi – dijo el extraño presentándose – El guardián del hielo…
ustedes no van a retroceder ¿verdad? Entonces será mejor que les enseñe una
pequeña lección – desenfundo su espada, Akari y Ryoma hicieron lo mismo –
Rápidamente
comenzó el combate, Yukimura se movía a una velocidad impresionante tanto que
era difícil acercarse a el por la cantidad de viento que lo rodeaba al moverse,
Akari le fue muy complicado lanzar las semillas bombas y a pesar de que le daba
con ellas Yukimura no se veía muy afectado por la explosión. Al final ambos
fueron contra el en una pelea únicamente con sus espadas:
-
“Si
tan solo pudiese hacer algo mas…” – pensaba Akari pues el combate a pesar de
ser 2 contra 1 ellos llevaban la desventaja – “No quiero perder nada mas… ¡Nada
mas!” – de repente una imagen se le vino a la mente - … 7 minutos…
-
¿De
que hablas? – le pregunto Ryoma al oírla sin dejar de combatir contra Yukimura
–
-
En
7 minutos… su espada caerá – dijo mirando a Yukimura, Akari estaba rodeada de
un aura parecida a Ryoma tuvo cuando se enfrento a Yanagi –
-
Interesante
– dijo Yukimura dando un salto hacia atrás guardando distancia – Será bueno ver
que lo intenten
Ryoma
comenzó a ir contra Yukimura otra vez seguido de Akari, cada vez podían
acercarse más a Yukimura sin embargo múltiples cortes les asomaban cada vez que
lo hacían, parecía que no había manera de arrebatarle la espada a Yukimura y ya
casi pasaban los 7 minutos:
-
¿Qué
ocurre? Ya casi han pasado los 7 minutos ¿Eso es todo? – dijo el Guardián
helado, de repente Akari salto sobre Yukimura pero este fácilmente evito su
ataque y la lanzo de regreso, sin embargo ella había dejado caer una semilla
bomba al aire y al caer impacto con la mano de Yukimura haciendo que soltara su
espada y esta cayera unos metros mas allá –
-
¿Cómo
lo has previsto Akari? – le pregunto Ryoma pues tampoco sabia como lo había
hecho –
-
No
lo se… tal vez, el universo esta compensando todo lo que he perdido… - dijo en
un tono muy bajo y sereno la muchacha – Yukimura, por favor. Tenemos que pasar
cueste lo que cueste. ¡Por favor, déjanos pasar!
-
No,
no les puedo permitir pasar – el protector del bosque sonreía de un manera muy
dulce pero que de alguna forma aterraba –
-
¿Por
qué? – le pregunto la chica –
-
El
aire gélido del bosque – dijo el joven con un tono más preocupado – se ha
calentado mucho últimamente. La nieve ha comenzado a derretirse, nieve que
nunca antes se había derretido. Y esto sucede justo cuando ustedes han entrado
al bosque. Esto es claramente su culpa
-
Te
equivocas – le dijo Ryoma en un tono serio – Este no es el único lugar que ha
estado sufriendo alteraciones. El flujo de aire gélido del bosque se habría
interrumpido incluso sin nuestra llegada
-
Lo
siento, pero no les creo… - de repente una corriente de aire surgió desde
Yukimura – Será mejor que se preparen para su final…
-
¿De
que hablas? – dijo Ryoma dando un paso al frente, paso que no sintió, de
repente ni Akari ni el sintieron nada - ¿Pero que…?
Seguido de
esto, ambos empezaron a perder la vista, todo se volvió blanco, después fueron
incapaces de oír lo que decía el otro, fue una perdida del sentido total. Ambos
intentaron moverse sin saber si realmente lo hacían, cayeron en una gran
desesperación, inclusive Akari tropezó al seguir caminando sin ver, pero no
sintió nada, solo sabia que estaba en el suelo. Ambos habían caído bajo la
temible técnica del guardián del bosque, el Yips.
-
Han
dado un buen combate – decía Yukimura aunque ellos no le escuchaban mientras se
dirigía a recoger su espada – Pero esto se acaba aquí… - se había preparado
para atacar a Ryoma cuando de repente alguien lo detuvo –
-
¡Detente!
– era el extraño que habían visto Ryoma y Akari antes de entrar al bosque –
-
¡Fuji…!
– exclamo Yukimura bajando su espada –
-
Lo
que dicen es cierto… Es verdad que los desastres naturales suceden en todos
lados – Yukimura acabo por enfundar su espada al oír lo que Fuji le decía –
-
Así
que no mentían… - de repente la corriente de aire se detuvo –
-
Si.
– Fuji miro hacia las montañas del sur - Las calamidades que ocurren ahora son
de una naturaleza excepcional
-
…
Comprendo. Pueden pasar – es fue lo primero que oyeron ambos al recuperar su
sentido del oído –
-
Yukimura…
- dijo Akari al ver como extrañamente el guardián del bosque había cambiado de
opinión –
-
Pero…
deben ponerle fin a estos desastres – les dijo Yukimura – Cuento con ello
-
¡Claro!
¡Te lo prometo! – le dijo la chica
confiadamente –
-
Estaré
esperando el resultado – Yukimura se dio la media vuelta y desapareció entre el
blanco de los árboles –
-
¡Ah!
Tu – dijo Ryoma al ver a Fuji –
-
¿Tú
has sido quien ha convencido a Yukimura? – le pregunto Akari –
-
Así
es – Fuji respondió con una natural sonrisa –
-
Muchísimas
gracias – le dijo la chica haciendo una reverencia y forzando a su compañero a
hacer lo mismo inclinándole la cabeza también – Nos has salvado
-
…
- de repente Fuji volvió a poner una expresión seria – Será mejor que no
pierdan tiempo en agradecimientos, tienen que solucionar este problema lo mas
rápido posible. Es muy probable que esto empeore.
-
No
es como si fuera muy fácil – le dijo Ryoma molesto –
-
Lo
se – dijo mirándolo otra vez con una sonrisa – Por eso creo que será mejor que
unamos fuerzas. Me uniré a su equipo
-
¿En
serio? – pregunto Akari, ni ella ni Ryoma se lo creyeron en un principio –
-
Si
– les dijo Fuji – Estamos obligados a cooperar si queremos detener estos
desastres. Dejen que ponga mis habilidades a su disposición
-
Gracias…
esto… - Akari no se sabia su nombre, Fuji se rió, al recordar que ellos estaban
bajo el efecto del Yips de Yukimura cuando el llego por lo que no lo escucharon
cuando le dijo el nombre –
-
Fuji
Shussuke – dijo presentándose ante ellos – Un gusto conocerlos
-
Yo
soy Koizumi Akari
-
Echizen
Ryoma – dijo sin tomarle mucha atención a Fuji –
-
Es
verdad, Akari-san… hace un rato, cuando te enfrentaste a Yukimura, utilizaste
una técnica ¿Sabes cual es? – le pregunto Fuji al recordar el combate que vio
desde cerca –
-
Así…
la verdad, no lo se ¿Acaso tu sabes algo al respecto? – le pregunto la muchacha
–
-
Lo
imagine… usaste el pináculo de la gran sabiduría – le respondió Fuji, quien al
parecer sabia algo al respecto – Una de las tres puertas tras el Muga no
Kyouchi, con el puedes simular lo que ocurrirá dentro de unos momentos
-
Ahora
que lo pienso, Ryoma, tu hace mucho usaste algo parecido… dijiste algo del
pináculo del trabajo duro – le dijo mirando a su compañero que yacía sentado en
el suelo –
-
El
pináculo del trabajo duro te permite concentrar tus energías en un punto
especifico de tu cuerpo – cuando Fuji dio esa explicación Akari entendió la razón
por la cual Ryoma se había hecho mas rápido –
-
Entonces,
en ese entonces Ryoma concentro su energía en sus piernas para poderse mover
mas rápido ¿no? – Fuji le asintió con la cabeza a Akari – pero… ¿Qué es
exactamente el Muga no Kyouchi?
-
Es
básicamente cuando eres capaz de sobrepasar tus propios limites… después de eso
puedes abrir alguna de las puertas dependiendo de la voluntad que poseas y el
estado en el que estés, en el caso de Echizen pudo haber sido su voluntad por
acabar rápido con aquel combate, y en tu caso, pudo haber sido compensación…
dime ¿has perdido algo alguna vez? ¿Algo muy importante?
-
…
supongo que mis recuerdos… - murmuro la chica – es verdad… en ese entonces,
solo quería poder tener algo mas, para poder vencer a Yukimura… no quería ser
una carga
-
¿Cuánto
tiempo más vamos a seguir aquí? – pregunto Ryoma en voz alta –
-
¿Eh?
Es verdad, estamos perdiendo mucho tiempo. Lo lamento mucho – dijo Akari
avergonzada por ser tan conversadora –
-
Bueno,
¿Nos ponemos ya en marcha? – dijo Ryoma levantándose del suelo –
-
Es
verdad, tenemos que acabar con este asunto lo mas rápido que podamos – Fuji a
pesar de hablar serio mantenía esa sonrisa en su cara –
-
Muchas
gracias por acompañarnos Fujiko-san – dijo de repente Akari –
-
¿Fujiko?
– preguntaron los dos chicos a la vez –
-
Ah,
perdón ¿No puedo? – pregunto la chica poniendo cara de pena –
-
N-no
importa… - respondió con una sonrisa nerviosa Fuji, puesto que el “ko”
significaba niña, pero de alguna forma expresaba que ya le había tomado algo de
confianza por lo que no se negó –
Y así… tras
atravesar el bosque Akari y Ryoma acompañados ahora por Fuji… seguían con rumbo
al norte. Cuanto mas avanzaban… mas duras se hacían las condiciones. Pero ellos
no sentarían cabeza después de haber llegado tan lejos. Y así continuaron el
rumbo… hasta eventualmente encontrarse con algo.
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