Explicaciones:
Esto es un cross over del juego Pokemon Mystery dungeon con Tennis no Oujisama/Prince of Tennis… si la trama recuerda un poco al tema de Inuyasha pero eso fue accidental…
La historia se resume en esto: Una chica cuyo nombre es Koizumi Akari es transportada a un pasado de un mundo alterno al suyo… en este pasado tendrá que descubrir la razón por la cual fue traída y también como regresar a la normalidad junto a su compañero el cual la acompañara a lo largo de todo su viaje, durante esta aventura conocerán a diversas personas claves para descubrir la verdad y muchos amigos.
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No recordaba nada, la pobre chica pelirroja que mantenía aun sus ojos violetas cerrados solo sabia que estaba tendida en alguna parte “¿Dónde estoy?… ¿Es esto un sueño? Siento un brisa agradable. Escucho una voz a la distancia… Me pregunto quien será…”
- … ¡Oye! Despierta. Vamos, despierta – la chica abrió los ojos distinguiendo una silueta que estaba frente a ella – Al fin despertaste, que bien
- “¿Dónde estoy?” – se seguía cuestionando la chica al verse en medio de un bosque, después de mirar todo a su alrededor volvió a ver a su acompañante, era un chico que llevaba unas prendas mas menos antiguas, era de cabello oscuro y ojos cafés –
- Estabas aquí desmayada. Es bueno que hayas despertado – al ver la cara de desconcertada de la chica se presento – soy Echizen Ryoma… ¿y quien eres tu? No pareces ser de por aquí, tampoco recuerdo haberte visto antes.
- Es verdad, yo estaba en un museo ¿Qué hago aquí? – Mirando que todo era nada más que bosque –
- ¿Museo? - el chico la miraba confundido – ¿Qué es eso?… No te habrás golpeado la cabeza
- “Acaso… abre viajado en el tiempo”- se cuestionaba pero de una u otra forma le parecía una idea muy tonta e imposible pero tampoco encontraba otra respuesta – “Pero ¿Por qué? No recuerdo nada…” – al final intento explicarle algo al chico que se encontraba igual de confundido que ella – Veras, yo no soy de esta época…
- Mmm... Esto es muy extraño – Ryoma no conseguía entenderla así que intento empezar por lo más básico - ¿Tienes un nombre? ¿Cómo te llamas?
- Eh?... “¿Mi nombre?... ¡Lo recuerdo!” Me llamo Koizumi Akari – respondió alegremente pues ya se estaban empezando a entender –
- Te llamas Koizumi. Vale…Suena extraño – le dijo el chico con un tono burlon a lo que Akari respondió con una mirada molesta.
Había podido empezar a llevar a cabo una buena conversación cuando de repente se escucho una voz desesperada, era de una mujer:
- ¡Por Favor! ¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude! – gritaba la desesperada mujer –
- ¿Qué esta pasando? – Ryoma se levanto al ver que una mujer se dirigía hacia ellos muy preocupada - ¿Qué ocurre? – volvió a preguntarle una vez la mujer recupero el aliento –
- ¡Que desgracia! Mi hijo se ha caído en una especie de caverna ¡Mi pobre bebe!
- ¡¿Cómo?! – pregunto impresionado Ryoma –
- ¡Una grieta enorme se abrió del suelo, y mi hijo cayo dentro! ¡Es demasiado joven como para salir por sus propios medios! ¡Cuando quise ayudar a mi pequeño unos animales me atacaron! – Decía alterada la pobre mujer al borde del llanto –
- ¿Pero como? Ninguno de los animales que viven cerca atacan porque si… - A pesar de que Akari no comprendía todo prefirió no preguntar y esperar a que Ryoma decida que hacer -
- Esa grieta saco de sus casillas a los animales y están muy molestos, yo soy demasiado débil como para enfrentarme a ellos ¿Qué será de mi hijo? ¡¿Qué voy a hacer?! – la mujer lloraba desesperada –
- ¡Esto no me gusta! ¡Hay que ayudarles! – finalmente Akari le dijo a Ryoma, y este al ver la determinación con la cual lo miraba solo sonrío burlon como de costumbre
- Bien… lo haremos – acepto mientras miraba el suelo aun sonriendo –
Se dirigieron a la gruta, ambos entraron mientras la mujer se sentó cerca de la entrada para descansar.
- Ya que estas tan decidida supongo que sabes que hacer ¿verdad? – le dijo Ryoma antes de empezar a buscar –
-…Claro, hay que entrar buscar al pequeño y salir ¿no? – era tan sencillo lo que había dicho que ni ella creía que seria así de fácil
- Exacto – afirmo Ryoma al ver la cara de desconfianza de la chica –
- Me lo imagine… un momento ¿Qué? – Quedo completamente desconcertada al oír a Ryoma decir eso –
- Pero… - dijo pasándole una espada de madera - Tendrás que luchar de por medio, será mejor que sepas como hacerlo pues no pienso cuidarte la espalda todo el tiempo
- Gra-gracias… supongo – Ella sabia que de alguna forma era un gesto de amabilidad –
Al ir pasando se dio cuenta de que habían unas frutas entre los árboles sin embargo Ryoma no las recogía:
- Oye, Echizen… ¿Qué son esas frutas? – dijo tomando, eran del tamaño de su mano, algunas azules y otras rosadas –
- Son bayas – tomo la que tenia y le dio una mascada – por lo menos en este mundo son comida, sirven para sanar diversas cosas, con estas azules te sentirás mejor y tus heridas sanaran mas rápido, mientras que las rosadas sirven de antídoto en caso de envenenamiento
- ¿Pero entonces por que no las llevamos? Ya que son tan útiles…
- ¿Dónde? – le pregunto el chico ya habiéndose terminado la que se estaba comiendo –
- Esta bien… ya entendí… - espero a que Ryoma siguiera andando para tomar una de las rosadas y guardarla en el único bolsillo de su chaqueta, entraba justo – sigamos… - murmuro y siguió a su compañero
La espada que le paso Ryoma, claro el también andaba con otra, le había sido muy útil, pues había una cantidad de animales grandes y violentos, en su mundo eran conocidos normalmente como: Gusanos y pájaros, pero aquí tenían un tamaño mucho mayor. Al ya casi llegar al último piso diviso unos objetos brillantes y se acerco a ver, eran monedas:
- ¡Echizen! ¡Mira esto! – Ryoma llego donde ella – Estas son monedas ¿verdad? – Se parecían un poco a las que ella usaba pero era un poco más grandes –
- Si, son monedas – las recogió y las guardo en una pequeña bolsa que traía consigo - ¿Y? ¿Qué esperas? Vamos – dijo retomando el curso –
Bajaron un poco más y consiguieron oír la voz de un pequeño que lloraba:
- Mamá… ¿Dónde estas? – sollozaba el pequeño –
- ¡Oye! – grito Ryoma deslizándose por la pared hasta llegar donde el pequeño – Tu mamá te esta esperando afuera. Vamos a sacarte de aquí – El niño se aferro a Ryoma sonriente, Akari se río al ver la reacción de sorpresa de su acompañante.
Los tres salieron de allí sin mayor dificultad, el pequeño no soltó a Ryoma hasta que vio a su madre, en ese momento corrió a los brazos de ella.
- Mi bebe esta a salvo… Muchas gracias – la mujer lloraba de alegría de poder volver a ver a su hijo –
- No…no es nada- respondió Ryoma mirando el suelo, al final levanto la mirada y le sonrío a la mujer – Tengan mas cuidado la próxima vez – Akari se fijo en la sinceridad de esa sonrisa, aunque no lo admitiera Ryoma se sentía bien por haber ayudado, iban a marcharse cuando la mujer les dijo
- Decidme al menos vuestros nombres, por favor – Ryoma no puso resistencia ante esta petición
- Soy Echizen Ryoma, y Koizumi es quien me acompaña – Akari asintió feliz con la cabeza –
- … son geniales – les dijo el pequeño mientras los miraba con adulación haciendo que tanto Akari como Ryoma se sintieran algo avergonzados y que este ultimo tuviera que mirar a otro lado –
- “… Me esta mirando con adulación… Como le brillan los ojos… es un poco embarazoso” – finalmente la chica sonrío alegremente – “Pero tampoco es que me disguste, me hace sentir alguien especial. Esto de ayudar a los demás resulta interesante”
- ¡Muchas gracias Ryoma, Akari! – el pequeño aun los miraba emocionado –
- No es que hubiese sido tan complicado… - se excuso Ryoma aun sin poder mirar al pequeño –
- Se que no es mucho, pero me gustaría que aceptaran esto en agradecimiento – la mujer les entrego una variedad de bayas – Muchas gracias. Adiós – Y se marcho con su pequeño –
- Gracias… - murmuro Ryoma –
- ¿Por qué me agradeces? Esta misión fue un éxito gracias a ti Echizen – le dijo sonriente Akari –
- Eso es obvio – Akari hizo una mueca de molestia leve pero no dijo nada – Pero no me refería a eso…
- Eh? Entonces… ¿Qué cosa? – Pregunto la chica mirando curiosa a quien se encontraba unos pasos delante de ella, este volteo y la miro con una sonrisa desafiante -
- Eres una persona interesante… sin embargo – su tono sonaba un poco mas serio – al parecer ni siquiera tu sabes como has llegado aquí “siendo de otra época”
- Es verdad, no se como llegue aquí… ni tampoco como irme – era una situación que realmente le deprimía –
- Y bueno… ¿Qué piensas hacer ahora? ¿Tienes planes? – solo basto verle la cara para que el entendiera que ella no tenia ni idea de que hacer – Oye… Ven conmigo si no tienes donde quedarte… - dijo y sin esperar que ella diera una respuesta empezó a caminar –
- Ah! O-OK… - respondió mientras alcanzaba a Ryoma -
Caminaron un buen rato, no había rastros de ciudades ni calles pavimentadas, definitivamente había vuelto en el tiempo… pero entonces ¿Por qué los animales eran distintos? ¿Por qué aparecían grietas de la nada?
- Bien, aquí es… - Ryoma se detuvo frente a una pequeña casa la cual si bien no era de esas construcciones modernas de su época a Akari le gusto mucho y le pareció bonita pues parecía una bellota de alguna forma –
- “No se porque, pero me siento feliz… ¡Que mas da! ¡Me siento feliz!... Quizá me sienta así porque es el primer hogar en el que viviré” – Ryoma sonrío disimuladamente al ver la cara de emocionada de Akari –
- Te has impresionado ¿verdad? No había duda de que te gustaría – dijo ahora mirando la casa – la construí junto a mi padre hace unos años – se acerco a algo que parecía un buzón -
- Ryoma… ¿Por qué ocurren esa clase de cosas?– el nombre lo decía todo pero quería que el se lo explicara –
- ¿Lo que paso con ese pequeño? – aun miraba la casa, pero de alguna forma más tenía la mirada pérdida – Por algún motivo que desconocemos, ocurren muchos desastre naturales… y mucha gente resulta victima de ello. Y en fin… - volteo ahora a verla – Aunque todavía te falta mucho, no lo hiciste mal del todo cuando salvamos al pequeño…– había vuelto la vista al frente, hasta que de repente sintió que Akari le tomo el brazo – ¿Qué ocurre?
- Echizen, Tu estas solo ¿Verdad?... – le tomo ambas manos de una manera muy cómica – No quieres que nadie acabe como lo hicieron tus padres, a pesar de tanto sufrimiento te has mantenido fuerte… eres increíble… - el pobre chico había quedado completamente desconcertado pero después de pensarlo un poco se dio cuenta del malentendido –
- No actúes como tonta – dijo soltándose – mis padres están bien, yo aun vivo con ellos y no se de que sufrimiento me hablas
- Entonces… ¿tú no vives aquí? Es que lo hacías parecer como si ya no vieras a tus padres y bueno… - finalmente se sentó con la cabeza apoyada en las rodillas frente a lo que parecía un buzón – lo siento… ¿Aun me ayudaras? - forzó una sonrisa la cual Ryoma ni se percato pues estaba mirando hacia cualquier otro lado –
- Supongo… Pero… - de repente dijo lo que preocupo a Akari -
- ¿Pero? – Repitió asustada, pues si cambiaba de idea no sabia que haría mientras –
- ¿Realmente vas a confiar en un desconocido como yo? – A Akari no le importaba, pues era al único que tenía hasta el momento –
- Si lo pones así… – dijo en pose pensativa la chica - Supongo que si, soy capaz de confiar en un chico como tu, después de todo me has hecho ya un gran favor
- Esta bien… pero no me malinterpretes – le dijo algo serio – lo hago porque es interesante y realmente no es que tenga algo mejor que hacer
- ¡Esta bien! ¡Seremos el mejor equipo! ¡A partir de mañana en los mejores cines! – Exclamo entusiasmada Akari a lo que dejo otra vez a Ryoma desconcertado aunque finalmente sonrío ante tal gesto a pesar de no saber que era un “cine” –
Y así fue como Akari y Ryoma comenzaron sus andazas como equipo
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