sábado, 17 de agosto de 2013

Capitulo 7: Huida

Era muy temprano por la mañana, el sol aun no salía, pero Ryoma ya había llegado a la base a por Akari. La chica aun no despertaba pero basto con moverla un poco para que lo hiciera. Se llevaron la mayor cantidad de cosas posibles pues sabrían que este viaje seria largo. Una vez estuvo todo listo, dejaron arreglada la base:
-         Bueno… Desde ahora viviremos como forajidos… -dijo Ryoma viendo la base desde afuera –
-         Esta será una larga y peligrosa travesía – agrego Akari – ¿Te iras sin despedirte de tu familia? – el joven asintió con la cabeza – “Si… Tenemos que huir… Justo como Tezuka nos dijo…” – recordó lo que Tezuka le había dicho, de que huyera, de que ojala encontrara una solución antes de ser alcanzada por alguien mas – “Eso es… ¿Quién soy yo de verdad? Hasta que no lo descubra no podré dejar de huir”
-         Entonces… no esperemos mas tiempo y vamos… - iban a empezar a marchar cuando de repente escucharon una voz –
-         ¡Akari! – La chica volteo, encontrándose con Kachirou, Katsuo, Narumi y Kurumi – Son ustedes…
-         Llegamos a tiempo – dijo aliviado Kachirou –
-         Queríamos despedirnos – agrego Narumi –
-         No son los únicos – era la voz de Ryuuzaki-san – Yo también vengo a despedirlos
-         Ryuuzaki-san… - Ryoma no sabia si estar feliz pero de alguna forma no le hizo mal –
-         Es verdad, nosotros también hemos venido a despedirte Ryoma – el chico no sabia porque Ryuuzaki-san hablo en plural –
-         ¿Nosotros? – pregunto Ryoma cuando de repente vio a sus padres que aparecieron - ¡Mamá! ¡Papá!... ¿Qué hacen aquí?
-         Ryuuzaki-san nos contó lo que ocurrió y como no llegaste a casa supusimos que estarías aquí – le dijo su madre, el muchacho se aguanto el llorar pues su orgullo aun podía con el así que solo sonrío y bajo la cabeza –
-         Así es chaval, mejor será que cuides bien de esa chica, si no, es que no eres hombre – dijo su padre acariciándole la cabeza igual como si fuera un cachorro –
-         Eso ya lo se – respondió Ryoma quitándose la mano de su padre de encima –
-         Cuídate mucho, hijo. Esto no es un “Adiós”… Es un “Hasta luego”. Siempre te estaremos esperando en casa Ryoma… - la madre abrazo a su hijo haciendo que Akari se conmoviera tanto que llorara tanto por ella como por Ryoma – Es verdad, también esperamos que puedas visitarnos alguna vez Akari-Chan
-         Cla…claro… - respondió entre llantos Akari – Gracias a todos…
-         Ah, eso me recuerda – de repente la madre le entrego la ropa con la que había llegado Akari – Ryoma la intento limpiar por su cuenta para que nosotros no nos enteráramos, pero termine de hacerlo yo, aquí tienes
-         Muchas gracias – Akari tomo la ropa velozmente y se cambio dentro de la base, una vez que salio con su propia ropa puesta devolvió la prestada – Son muy amables, algún día compensare todo lo que han hecho por mi… lo prometo
-         El resto de las personas empezaran a despertarse – advirtió Ryuuzaki-san – Será mejor que se marchen ahora
-         Es verdad – dijo Ryoma apartándose de sus padres – Vamos, Akari – y se puso en marcha, seguido de ella –
-         Hasta la vista – les grito Kachirou –
-         Estaremos esperando a que vuelvan – grito Kurumi –
-         ¡Si, así es! ¡Volveremos! – les respondió Akari haciendo una reverencia y siguiendo su curso –
Y así comenzó la odisea de Akari. La dura y hostil vida de los fugitivos. Cruzando montañas prohibidas…Paisajes sobrecogedores…Atravesando campos de fuego. Pero a pesar de todo el equipo de Ryoma y Akari mantuvo la cabeza alta. Sin pausa ni descanso continuaron su camino. Finalmente decidieron descansar un poco cerca de una Mina de Lapislázuli:
- Mientras viajábamos, no pude evitar ponerme a pensar – dijo Ryoma sentándose a reposar un poco – Realmente muchos lados se han visto afectados por los desastres… - al ver la expresión de su compañera prefirió no decir nada mas al respecto - Perdona, se que no debía decir eso. Debemos seguir y punto… todavía nos falta mucho
- Si, lo se… - habían descansado unos instantes hasta que unas voces evitaron que Akari cayera dormida - ¿Eh? Se oyen voces…
- Creo que se fueron por aquí – sonaban voces de otras personas – No pueden escapar. No de todos nosotros. Debemos acabar con esa chica rápido
- Ryoma…! – No alcanzo a decirle nada más, Ryoma rápidamente la tomó y ambos entraron a la mina –
La cantidad de luz que entraba a la mina, les dificulto mucho el camino, eso y que los animales eran mucho mas fuerte que los que habitaban cerca del pueblo. Pese a todas las adversidades tanto Ryoma como Akari siguieron con la frente en alto utilizando la menor cantidad de objetos que pudieran, así también a medida que iban avanzando consiguieron acostumbrarse más a la cantidad de luz que había. Entre los dos acabaron con todo aquello que se interpusiera en su camino, aun cuando estuvieron a punto de ceder se mantenían al lado del otro; también recogieron todo lo que pudieron. Después de pasar por varias rutas hasta que finalmente consiguieron atravesar la mina.
-         ¿Aun nos están persiguiendo? – se pregunto Akari al ver que no había nadie cerca, sin embargo de repente sonaron unos gritos provenientes del interior de la mina –
-         ¡Eh, mira! ¡Ahí están! – sonaban furiosos y a la vez como si estuvieran cerca - ¡Atrapen a Koizumi!
-         ¡Vamos! – le dijo Ryoma emprendiendo camino otra vez seguido de ella –
-         No se muevan ¡Que no escapen! – las voces aun sonaban cerca –
-         ¿En serio creen que porque lo han pedido vamos a parar? – respondió Ryoma solo por burlarse, corrieron hasta llegar cerca de lo que parecía un volcán –
-         ¿Seremos capaces de pasar por aquí? – pregunto Akari en voz baja –
-         ¡Miren! ¡Allí se ven! – seguían gritando las voces – ¡Que no vayan a escapar!
-         ¡No tenemos alternativa! – le grito Ryoma a la chica tomándola del brazo y comenzar a correr de vuelta –
-         ¡Allí van! ¡Van hacia el monte Ígneo! – sin embargo no todos estaban dispuestos a ir - ¡Que locura! ¡Eso es un infierno de lava! ¡Nadie ha llegado tan lejos! Yo no quiero ir allí. No nos queda mas remedio. Solo los mejores podrán darles caza – solo algunos fueron capaces de seguirles hasta ese lugar - ¡Maldición! ¿Dónde están? ¡Tenían que pasar por aquí! ¡Fíjense bien en todas partes! – Ryoma y Akari permanecieron escondidos entre unas rocas esperando a que sus perseguidores se fueran –
-         …Creo… creo que se han ido – dijo Ryoma asomándose un poco para confirmar, se dirigieron a lo que parecía la entrada de una cueva – Creo que hemos escapado… de todas formas tendremos que pasar por esta montaña. Partiremos en un rato mas, mejor será que comamos algo y reposemos antes de empezar a subir – se quedaron dentro de una especie de cueva pequeña formada por grandes rocas, hicieron tal cual lo que Ryoma había propuesto, comieron un poco y descansaron unos instantes - ¿Ya estas lista?
-         Si, ya estoy mejor… - se levanto y ambos salieron de su guarida –
-         ¿Y por donde pasamos? ¿Por afuera escalando o por adentro?
-         Mejor será que pasemos por adentro – dijo la chica al ver que la lava pasaba por afuera y era muy peligroso –
-         Esta bien vamos – entraron juntos al monte dispuestos a cruzarlo haciendo cualquier cosa necesaria para conseguirlo –
A diferencia de las otras veces, Ryoma permaneció al lado de Akari evitando combates innecesarios y así como el malgastar energía de más. La cantidad de lava que había en el lugar hizo que fuera fácil ver dentro sin embargo hacia una gran cantidad de calor que no aguantarían mucho tiempo por lo que era necesario salir de allí cuanto antes. Estuvieron en aprietos en muchas ocasiones, pero consiguieron salir vivos los dos, cada vez faltaba menos para llegar a la cima así que por ninguna razón se detendrían.
Después de mucho subir lo consiguieron, estaban en la cima, ahora solo quedaba bajar, podían bajar por fuera así que no seria tanto problema:
-         Es increíble que lo hallamos logrado… - murmuro Akari al verse en la cima –
-         ¿Has dicho algo? – le pregunto Ryoma –
-         No, para nada… ha ha
-         Bueno, no quiero estar aquí mas de lo necesario – dijo el chico avanzando su camino, iban a seguir cuando de repente se oyó una voz –
-         ¡Alto! – Ryoma rápidamente se puso ver en todas partes pero no veía nadie, de repente todo se volvió oscuro –
-         ¡Akari, no te apartes! – esta se afirmo fuertemente del brazo de su compañero –
-         Puedo sentir los gritos de la montaña… - decía la voz – Son gritos de dolor… ¿Acaso han sido ustedes los responsables?
-         ¡Te equivocas no es nuestra culpa! – respondió Akari –
-         ¿Quién eres? – exigió saber Ryoma – Muéstrate
-         ¡Soy Yanagi Renji! ¡El samurai del Fuego! – dijo apareciendo frente a ellos de un salto - ¡Y no permitiré que sigan causando daños –
Dicho esto comenzó el combate rápidamente, su velocidad y fuerza les trajo recuerdos de una antigua batalla… la que tuvieron contra Sanada, Akari también ayudo a Ryoma sin embargo uso su espada con funda. No tenían muchos objetos que usar así que todo era en base a fuerza bruta y resistencia. Akari le lanzo las pocas piedras que tenia y aunque le acertaba no parecía hacerle daño. Fue entonces cuando Yanagi fue a atacar directamente a Akari quien a pesar de haberse alcanzo a defenderse con su espada se estrello contra el suelo por la fuerza del impacto, fue entonces cuando Ryoma reacciono, antes de que Yanagi hiciera algo mas este fue con todo a atacarle, de repente Ryoma estaba rodeado de una poderosa aura:
-         Hyakuren Jitoku no Kiwami (Pináculo del trabajo duro) – murmuro el chico,  sus movimientos se volvieron mas rápidos –
De alguna forma Ryoma comenzó a sacar fuerzas de la nada, llegando a igualar a Yanagi. Akari, quien ya se había recuperado del impacto, observaba como su compañero se enfrentaba ante aquel samurai legendario de igual a igual. Sorprendida solo pudo quedarse mirando, cosa que la irrito pero prefirió no ir a estorbar a Ryoma.
Después de muchos choques una de las dos espadas salio volando lejos, era la espada de Yanagi. Sin embargo el samurai no se había dado por vencido se puso en posición de combate:
-         ¡Aun no me has ganado! – le grito el samurai aun dispuesto a combatir –
-         ¡Espera! – grito de repente Akari - ¡Escúchanos un momento! No hemos venido a causar problemas. Solo pasamos por aquí por que nos estaban persiguiendo, es más, este no es el único lugar afectado, los desastres naturales ocurren en todas partes. Ahora estamos huyendo así que no podemos hacer nada…
-         ¿Es verdad lo que dices? – pregunto Yanagi dudando de las palabras de la chica –
-         ¡Es verdad! – afirmo ella mirando confiadamente a los ojos del samurai – Cree en lo que digo, por favor
… - el samurai vio a los ojos de la niña por un instante - …Esta bien. Espero que no me estés mintiendo. Pueden pasar… - dijo mientras se dirigía  a recoger su espada -
-         Muchas gracias – respondió la chica haciendo una reverencia, iban a continuar su camino cuando de repente Yanagi los detuvo –
-         Esperen… Prométanme un cosa – les dijo con un tono mas tranquilo – Prométanme que encontraran la causa de estos desastres… y que lograran que estas calamidades dejen de causar sufrimiento
-         ¡Claro! ¡Eso haremos! – respondió Akari – Lo prometemos
-         Tomare tu palabra – dijo Yanagi con confianza – Me has convencido que mantendrás tu palabra – volteo a ver a Ryoma quien aun se encontraba al lado de la chica – Tu, no olvides el valor que has mostrado al enfrentarte a mi
-         Ok… - respondió el chico como de costumbre –
-         Hasta la vista – Yanagi dio un salto y desapareció del campo de visión de ambos muchachos –
-         … - la chica cayo sentada – Vaya, si que he sentido miedo… En fin, me alegro que Yanagi-san nos comprendiera. Eso ha sido fundamental…
-         Todavía te falta mucho… - le dijo el chico retomando su camino, Akari solo le sonrío y se levanto para seguirlo –
Así fue como descendieron el monte ígneo sin mayor problema pues del lado contrario no caí lava y no era tan empinado. Después de eso siguieron su camino hacia el norte, avanzaron bastante hasta que de repente Akari se detuvo:
-         ¿Qué ocurre? – le pregunto su acompañante – ¿Te has cansado?
-         La verdad es que si, pero no era eso – Akari le señalo el monte que ahora se encontraba lejos de ellos - ¿Ves lo pequeño que parece el monte ígneo desde aquí?
-         Ha sido un viaje muy largo… - agrego Ryoma –
-         ¿Te has fijado lo complicado que fue atravesar el monte ígneo? – pregunto la chica sin esperar respuesta – No creo que mucha gente halla sido capaz de seguirnos
-         Desde luego, hemos dado todo por llegar hasta aquí – de repente Ryoma bajo la mirada – Pero aun no estamos ha salvo…
-         ¡Ah! ¿Por qué dices eso? – sin embargo después hasta ella se dio cuenta – Ya… ya lo entendí, todavía queda Tezuka. Es verdad, el equipo de Tezuka no se detendrá ante nada…
-         Bueno, ya que no tenemos elección – le dijo retomando el rumbo – Tenemos que seguir adelante
-         Tenemos que llegar a un sitio donde no nos puedan seguir – la chica sonrío de una manera algo triste – Si, continuamos nuestro camino – a pesar de haber dicho eso no avanzo, aun le dolía el tener que haber arrastrado a Ryoma hasta aquí sobre todo ella siendo una carga –
-         ¿Eh? ¿Qué ocurre? ¿No vas a venir, Akari? – le pregunto al ver que ella no avanzaba –
-         Lo siento, estoy un poco cansada… - respondió la chica aun con esa sonrisa melancólica –
-         Si sigues así nos van a pillar, no tenemos tiempo para cansarnos – le dijo el chico pero al ver que su compañera aun no cambiaba su aspecto se dio cuenta que le sucedía – Y… Ya te lo dije, dije que te acompañaría. No es necesario que te preocupes por mi

-         Ryoma… - Akari iba llorar pero prefirió no hacerlo, no era necesario así que solo siguió su camino detrás de su fiel compañero, listos y preparados para todo lo que les esperaba en el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario